Chakrasamvara

Chakrasamvara

Chakrasamvara tiene cuatro caras y doce brazos. Los dos primeros envuelven a su consorte, Vajravarahi, en un abrazo apasionado. Sus dos primeras manos sostienen un cetro vajra y una campana, y hacen el gesto del sonido diamantino HUM.

En Tíbet, Chakrasamvara es una deidad especialmente asociada a la tradición Kagyu, aunque también es importante para las tradiciones Guelug y Sakya.
Chakrasamvara, literalmente: “Unido a la Rueda”, puede interpretarse como “Unido a la rueda de la sabiduría y el gozo”. Igual a un Buddha, Chakrasamvara está más allá de los extremos del samsara y el nirvana. Para indicar esto, presiona con su pie derecho a la diosa llamada Noche del Tiempo, Kalaratri, que representa el nirvana. Su pie izquierdo descansa sobre Bhairava, El que aterroriza, que representa el samsara.

El cabello de Chakrasamvara está arreglado en la forma de la cofia de un yogui y decorado con una luna creciente, como recuerdo de que anteriormente era venerado por los ascetas ambulantes de la India medieval, y de que, aunque es una deidad completamente budista, comparte algunos atributos con Shiva, el dios hindú de los yoguis. Su nombre está asociado con Shamba (Afortunado), que es un epíteto de Shiva. En el mito budista, Chakrasamvara mora en la parte superior del Monte Meru –el Monte Kailash– la morada tradicional de Shiva.

Chakrasamvara es una de las deidades yidam, que son deidades personales de la meditación budista. Un yidam es al mismo tiempo la personificación de una visión filosófica y un modelo a seguir del Buddha en el que el meditador desea convertirse.
Un yidam es una “apariencia pura”, una visión de la pureza. Los tibetanos dicen que más que ser una forma física ordinaria, esta deidad es una suma de elementos simbólicos virtuosos. Por ejemplo, la campana que Chakrasamvara sostiene en su mano izquierda simboliza la sabiduría y el vajra que empuña en la derecha representa los medios hábiles. En el lenguaje poético del tantra, la campana del dios es la sabiduría misma. De este modo, los atributos de la deidad son de suma importancia, son signos claves de su identidad y su función en la meditación y en el ritual.

Su cuerpo es azul, que significa que no está separado de la esfera (celestial) del Dharma. Cada una de sus caras tiene tres ojos, como indicación de que ve la totalidad de las tres esferas del mundo y conoce la naturaleza de los tres tiempos (pasado, presente y futuro). Posee doce brazos, que significa que abarca los doce eslabones causales, en su progresión e involución, y que elimina estas doce fases de transmigración.

El primer par de manos sostienen un cetro vajra y una campana, símbolo de la unión de medios hábiles y sabiduría. El segundo par desgarra al elefante de la ilusión y extiende su parte oculta como una capa. El tambor en la tercera mano derecha (falta en la imagen) indica que “la voz –de Chakrasamvara– resuena gozosamente”. La tercera mano izquierda sostiene todos los implementos de una khatvanga –tridente ritual simbólico­– que representa “el gozoso Pensamiento de la Iluminación”. Su cuarta mano derecha esgrime el hacha que “corta el nacimiento y la muerte desde las raíces (falta este elemento). El cráneo lleno de sangre en su cuarta mano izquierda muestra que “ha erradicado la discriminación entre existencia y no existencia”. Su quinta mano derecha sujeta el puñal vajra que “corta los seis defectos, el orgullo y demás”. El lazo vajra en su quinta mano izquierda sujeta a los seres a la sabiduría, una vida tras otra. El tridente (falta) en su sexta mano derecha indica que ha “ido más allá del mal de los tres mundos”. La cabeza del dios Brahma que cuelga de su sexta mano izquierda muestra que Chakrasamvara “evita toda ilusión”.